te damos la ora

viernes, 5 de agosto de 2011

La anatomía patológica es la especialidad médica que se encarga del estudio de las lesiones y alteraciones celulares, tejidos y órganos, de sus consecuencias estructurales y funcionales y por tanto de su repercusión en el organismo. Su moderno fundador es Giovanni Battista Morgagni de Forlì.[1] [2]
La anatomía patológica general se ocupa del estudio de los fundamentos y del desarrollo de los procesos de respuestas patológicas básicas, que van desde la adaptación celular a las modificaciones del entorno, las lesiones y la muerte celular, sus causas y sus consecuencias, los trastornos del crecimiento de las células, de los tejidos y de los órganos, así como las respuestas del individuo a las diversas lesiones causadas por agentes externos e internos y de los mecanismos de reparación de esas lesiones. Según la patología existen tres causas básicas que originan las enfermedades que son:
Inflamación
Son las enfermedades que terminan en -itis, como apendicitis.
Degeneración
Son las enfermedades que acaban en -osis, como artrosis.
Crecimiento celular descontrolado
Son las enfermedades que acaban en -oma, como melanoma.
La anatomía patológica especial se encarga del estudio de las respuestas específicas de cada tejido u órgano.[3]
Los cuatro aspectos de una enfermedad, que forman el núcleo de la patología son:
  1. Etiología: Son las causas de la enfermedad.
  2. Patogenia: Son los mecanismos por los que se desarrolla la enfermedad.
  3. Cambios morfológicos: Son las alteraciones estructurales que se producen en las células y órganos.
  4. Clínica: Son las consecuencias funcionales de los cambios morfológicos.
Los/las patólogos/as son los especialistas en anatomía patológica y se encargan de este estudio de los cambios morfológicos de las enfermedades. En el ámbito hospitalario podemos distinguir groso modo entre patología quirúrgica, que analiza tejidos a partir de la biopsia o pieza quirúrgica; la patología citológica, que analiza células a partir de cepillados o líquidos, y la patología necrópsica, que analiza las causas de muerte en cadáveres.
Hay enfermedades sine materia en las que no se puede objetivar una clara alteración morfológica, como ocurre con la mayoría de las enfermedades psiquiátricas y muchos trastornos funcionales como, por ejemplo, el colon irritable.







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